Sr. Fulgenzia Gallon - 31/03/2016
¡Aleluya! ¡Aleluya!
“Hoy el Señor ha llamado a hna Fulgenzia en su luz admirable”.
(ver Antífona de Comunión, 31/03/2016)
Hna Fulgenzia Gallon nació en Solighetto el 3.2.1933 y pocos días después fue bautizada con el hermoso nombre de Amabile.
Amabile (hna. Fulgenzia), pasó su infancia y adolescencia en el seno de una familia serena, que vivió su dimensión de fe participando activamente en la vida parroquial, y fue precisamente asistiendo a la parroquia que aprendió a escuchar al párroco, como canal de la voz de Dios y animador que invitaba a los jóvenes a seguir más de cerca a Jesús. Como Samuel, Amabile también necesitó de la mediación humana para entender la voz de Dios y confiar en Él. Con gran entusiasmo, al darse cuenta de que el Señor la estaba llamando a seguirlo, con tan solo 17 años de edad, salió de la casa de su padre para llamar a la puerta de las Religiosas del Santo Rostro de San Fior, donde fue recibida por la Beata María Pia Mastena, como postulante. Era el 2 de abril de 1950.
Transcurridos sólo seis meses, el 8 de octubre de 1950, junto con el grupo histórico de la última ceremonia de la Fundadora, Amabile entró en el noviciado, recibiendo de la Beata el nombre de Fulgenzia, para que hiciera brillar el Rostro luminoso de Jesús con el regalo de su vida en cada rincón de la tierra. El 26 de octubre de 1952 hizo su primera Profesión Religiosa y el 10 de diciembre de 1957 su Profesión Perpetua, para cantar la misericordia del Señor para siempre. Pasó los 66 años de su vida religiosa en casi todas las comunidades de Italia, en San Fior, Sarteano, Roma, Cessalto, Cogollo del Cengio, Polpet, Chioggia, Conegliano, etc.
Silenciosa, decidida, a veces brusca pero muy generosa y trabajadora, hna. Fulgenzia trabajaba todos los días con compromiso y preocupación por los pequeños a los que educaba con amor y sencillez. El Jardín de Niños y la Parroquia fueron los espacios privilegiados de su misión, donde dedicó la mayor parte de sus energías físicas y espirituales, dando lo mejor de sí misma para la educación humana y cristiana de los niños y adolescentes,
Hna. Fulgenzia mostró su amor por el Señor y sus hermanos con fidelidad a la oración y disponibilidad para ayudar donde había mayor necesidad. No se detuvo ante las dificultades y no se desanimó incluso cuando su frágil salud la llevó a la enfermería de la Casa Madre. Aunque no encontró niños que cuidar, pudo ver la necesidad de los ancianos y se hizo Amabile con las hermanas enfermas a las que acompañaba con paciencia todos los días, siempre que sus fuerzas se lo permitían. Acompañó a sus hermanas en sillas de ruedas a la capilla y acompañó, en momentos de necesidad, a quienes no podían quedarse solos. Este celo suyo por la casa del Señor y sus habitantes fue a veces excesivo y provocó algunas caídas, hasta que también para ella llegaron los largos y dolorosos días de enfermedad. Días en los que hna. Fulgenzia permaneció tranquila y pacientemente inmóvil, como María al pie de la cruz de Jesús, aquí completó la espiritualidad de reparación, asimilada por la Beata María Pía, sufriendo en silencio y construyendo la comunidad con su capacidad de acogida la gracia de Dios que ayuda a permanecer fiel en el momento del dolor y unido a él hasta el final.
La mañana del jueves 31 de marzo de 2016 el Crucifijo - Resucitado la llamó a compartir con él la luz de la Pascua y hna. Fulgenzia respondió con el mismo entusiasmo que el primer día: "¡Aquí estoy, Señor, vengo a cumplir Tu Voluntad con alegría!". Gracias Hna. Fulgenzia por tu vida entregada y sobre todo gracias Señor por el don de esta hermana que nos hace cantar hoy: "Llegaron las bodas del Cordero, su esposa está lista". (Apocalipsis 19,7).
Madre Annalisa Galli