"Tu pueblo, en el camino, Te busca como guia ..."
Esto es lo que a menudo oímos de los labios de Hermana Lorenza mientras realizaba su servicio en nuestra curia general, comunidad en la que vivió su último servicio durante 20 años, como cocinera, hasta que su salud ya no le permitió hazlo. Pienso en ella como esta peregrina de la alegría que recorrió el camino de la búsqueda de la voluntad del Señor siempre con una sonrisa, en su vida de consagrada al Santo Rostro de Jesus.
Nacida en Bagnoli di Sopra (Pd) el 30/03/1926, fue bautizada con el nombre de Santa. Ingresó como postulante entre las Religiosas del Santo Rostro el 15/09/1945 y se embarcó en el camino de la vida religiosa siguiendo con dedicación las etapas formativas y el 09/05/1948 hizo su primera profesión religiosa, recibiendo el nombre de Lorenza.
Su vida de consagrada la llevó a vivir esta su peregrinación entre varias comunidades, llevando la sana alegría del servicio donde fue llamada a llevar el Rostro de Cristo: de San Fior a Milán, a Toulon, a Roma-Campitelli, a Santa Maria delle Mole hasta que sin darse cuenta, debido al colapso de la salud, se encontró de nuevo en la cuna del instituto - San Fior, donde siguió siendo testigo de alegría y entusiasmo para los que estaban a su lado, tanto para las hermanas como para las personas que la han cuidado con mucha dedicación. Hemos escuchado que con la llegada de Sor Lorenza la alegría en la enfermería aumentó porque con sus bromas y con su forma de ser minimizó los problemas y mantuvo en alto la moral de todos. ¿Habrá un testimonio más verdadero y hermoso que este? Habéis vivido de primera mano lo que afirma el Papa Francisco: "¡Donde están los consagrados, siempre hay alegría!"
En los servicios que se realizaban en las distintas comunidades fue siempre una hermana alegre… Para la mayoría de las jóvenes religiosas de otras naciones, incluida yo misma, Sor Lorenza dio testimonio de acogida, respeto a las diferencias, apoyo en los momentos más difíciles. Con su manera sencilla y lúdica supo acercarse a todos y decir su palabrita fraterna porque era intuitiva y supo infundir coraje. Siempre estuvo presente en todos los momentos de la vida comunitaria, de hecho nunca hemos escuchado que justifique su ausencia de los momentos fraternos por fatiga. Aunque tuvo un día lleno de trabajo, siempre valoró los momentos de estar juntas y dijo que lo que construye la comunidad son los momentos fraternos de oración, compartir a la mesa y recreación.
En los últimos años que estuvo en San Fior, a menudo preguntaba cuándo sería su día de encontrarse con el Señor, porque su corazón todavía quería volver al lugar de donde había venido y repetía que sus piernas habían caminado mucho. Quizás para ella lo que más le costó fue no poder caminar físicamente, pero su corazón no se detuvo, ella siempre siguió buscando, peregrinar en busca del Rostro del Señor hasta el 03/04/2021 cuando el Señor le abrió las puertas de Su Reino y ella supo cruzar ese umbral para contemplar para siempre el Rostro por el que tantos caminos recorrió en esta tierra.
¡Gracias Hna. Lorenza por el testimonio de vida dado en la alegría que nos dejaste!
Madre Lina Freire de Carvalho