"¡Vamos a la otra orilla!" (Mc 4, 35)

Ir a la otra orilla significa abandonar nuestra comodidad. Muchas veces, Dios nos desafía a salir de nuestra seguridad y lanzarnos en nuevos desafíos y, por lo tanto, Él no nos envía solos, pero permanece siempre con nosotros. Aquellos que están en la otra orilla de la vida necesitan de nosotros, pues son nuestros hermanos. Al vencer los desafíos, al enfrentar lo diferente, pasamos a conocer mejor a nosotros mismos y a Dios. No necesitamos tener miedo en lanzarnos en busca de la voluntad de Dios en otras tierras, porque Él está con nosotros. El otro margen es también manifestación del Santo Rostro de Jesús en los más diversos rostros humanos y realidades vitales.

JESÚS: La iniciativa es siempre del Maestro, pues es Él quien llama: "Vamos ..." En la imagen contemplamos a Jesús que, con una mano invita y con la otra apunta el camino a seguir. Jesús no dijo "van", pero "vamos". Él está junto, no abandona a sus discípulos y discípulas, Él es el Dios con nosotros, presente en la vida de su Pueblo.

HERMANAS: En número de 3, recuerdan la Comunidad perfecta de Amor que es la Santísima Trinidad, en la que todas las comunidades religiosas buscan ser reflejo en su vivencia fraterna. Dios es uno en tres personas, misterio de amor y comunión, perfecta unidad en la diversidad. Ciertamente, durante estos 15 Años, fueron muchas las Hermanas que abrazaron esta causa y que dieron sus vidas por la edificación del Reino. Cada una que pasó y también las que vendrán se sienten contempladas en esta simbología trinitaria; cada una, a su modo, hizo mejor conocido y amado, el Rostro de Jesús.

CENARIO MARAJOARA: El Río, el Barco, las Casas Ribeirinhas y los Açaizais componen este escenario, es el campo de Misión. Espacios en los cuales, las Hermanas, en el recorrido de estos 15 años de presencia en tierras muanenses, vistieron el delantal del servicio y se echaron en el anuncio del Evangelio, como testigos del Reino y servidoras de la Iglesia en la Amazonia.

(fra Dannilo)