Una semilla de Dios nacida por las manos de María y plantada en el suelo de nuestra gente y de la Iglesia. Creo que es el sentimiento que tenemos al recordar los 19 años de existencia de los Religiosos del Santo Rostro.

La Virgen María, la mujer del silencio que con su Sí recibió la Palabra y contempló primero el Rostro del Niño Jesús, fue también la primera en contemplar la obra que Dios quería en la Iglesia: los Hermanos del Santo Rostro. El 11 de febrero nos recuerda que nacemos para hacer sonreír el rostro de Jesús en los hermanos que más sufren.

La Bienaventurada María Pia Mastena, como nuestra progenitora espiritual es también nuestra inspiradora y modelo de caminata, que, a pesar de las dificultades del camino recorrido, nunca desistió de caminar en busca de hacer conocido y amado el Rostro de Cristo.

Hoy somos nosotros, sus hijos, en la pequeña fraternidad de Hermanos, con nuestros sueños y nuestros miedos, pero con el corazón abierto para decir siempre SI y dar continuidad en ese hermoso sueño: "de surgir los Religiosos del Santo Rostro” a fin de consolar la gente ".

Que la Virgen María nos oiga e interceda por nosotros, que la Bienaventurada María Pía nos ayude a contemplar el rostro de Cristo en los Hermanos y las Hermanas.

Hno. Alfredo

11 de febrero de 2019