La fiesta del Santo Rostro, celebrada todos los años por el Instituto, es aguardada y compartida con alegría por las comunidades y los numerosos del Santo Rostro, presentes donde trabajamos.
Es una ocasión feliz que nos recuerda el amor de nuestra bienaventurada fundadora que, justamente con la eucaristía, ha instruido toda su vida e inspiró a la nueva familia religiosa presente en la iglesia y que se expande en el mundo.